Encender una vela puede indicar celebración y festejo, proporcionar un ambiente íntimo y relajado o, simplemente que se te ha ido la luz. Para la mayoría, las velas son sinónimo de decoración o iluminación cálida y tenue. Ideal para una cena romántica o para disfrutar de una copa de vino. Para los más pequeños, las velas equivalen a fiesta de cumpleaños y una suerte de magia, al pedir un deseo previo a soplarlas.
Sin embargo, existe una parte de la población que ve algo más en las velas. La adivinación está implícita en una cera que, tras consumirse, muestra formas que se convierten en respuestas. Tanto la quema como los efectos de la cera a arder la llama, son algo a descifrar. Este arte adivinatorio tiene un nombre: ceromancia y cuenta con muchos siglos de antigüedad.
En el mundo esotérico, la ceromancia es la que se encarga de interpretar los restos que deja una vela tras ser encendida. Es posible leer en las velas durante su quema, aunque en este caso, vamos a centrarnos en los restos que, según los entendidos, aportan mucha información. De ahí que exista toda una mancia (arte adivinatoria) dedicada a su lectura. La ceromancia es la técnica que consiste en encender una vela, dejando que la cera que cae mientras se consume, caiga en un recipiente de agua fría. Las figuras y formas que se forman en el agua, determinan una predicción de futuro y su interpretación.
Interpretar la cera de las velas es todo un arte. Como tal, hay que aprenderlo poco a poco y, más allá del conocimiento, requiere de una gran intuición. Las señales que deja la cera al derretirse, junto a los restos que deja cuando se consume del todo, son numerosas. Aunque no es tan sencillo como parece, para practicar la ceromancia y obtener respuestas, es necesario el esfuerzo personal. No basta con encender la vela y dejar que se consuma, hay que poner en ello tanta fe como cuando se reza.
Un arte con historia
Este arte adivinatorio no es algo novedoso, aunque está cobrando cierta popularidad. Se remonta a la antigüedad en la que, chamanes y druidas, trataban de descifrar los símbolos que surgían de la combustión de una vela y, con ello, conocer el mensaje que estás enviaban. Lo primero que se hacía por aquellos tiempos, era encender una hoguera y preparar una antorcha especial. Con esta antorcha, encendían la vela y, se creaba con la rama de un árbol, consagrada y ritualizada. Al extremo de la antorcha se añadía una mezcla de hierbas, flores y grasas animales, se colocaba en una superficie especial y se prendía. Ahí caían gotas de la grasa mezclada con resina. Estas gotas, eran interpretadas por el adivino en el oráculo. Así nos lo cuentan desde el Palacio del Incienso donde la ceromancia y el incienso, son ley.
Hoy en día, este ritual ya no se práctica. Basta con encender una vela y poner la punta de la misma, inclinada sobre una cazuela, permitiendo que la cera, gotee sobre el agua. Aunque existe una técnica mejor: atar dos velas con cintas rojas, agregar agua, hojas de ortiga, semillas de comino y tres escaramujos. Encender las velas y colocarlas de forma que caída la cera en el recipiente.
Ahora pasamos a lo que importa, es decir, como realizar una consulta a la ceromancia o a las velas. Lo primero que se debe hacer es elegir una vela de color acorde al signo astral. También puede escogerse en función de la pregunta a realizar. Por ejemplo, si se quiere preguntar sobre el amor, lo ideal es utilizar una vela rosa o roja; si se trata de dinero, dorada o verde… Con la vela adecuada, se enciende y se inclina sobre el recipiente de agua, dejando caer la cera.
Posteriormente, hay que dejar que la vela cumpla su cometido y se consuma totalmente. No vale apagarla antes. Cuantos menos restos de cera queden, más fácil será la lectura. Interpretar las figuras y el mensaje es más sencillo cuando nada entorpece las figuras que deja. No se trata solo de interpretar la cera caída en el agua, se interpretan por igual los restos que deja la vela cuando se ha consumido.
Para realizar una buena lectura, conviene adoptar una actitud de recogimiento y paz interior. Respirar tres veces en profundidad, para conseguir regularizar la respiración y observar los restos sin ideas preconcebidas, ni esforzarse en ver formas concretas. Durante la observación, antes o después, surgirá en la mente, la asociación que de la idea de la forma. En ese momento, hay que recordar la pregunta formulada cuando se encendió la vela.
Solo quien prende la vela y formula la pregunta, puede leer la vela y obtener la respuesta. La cera adquirirá las formas que la persona puede interpretar. Según los que dominan la técnica, se trata de una relación íntima entre la vela y tú. La interpretación de los mensajes o símbolos que deja la cera, no pueden ni deben ser improvisados. El dibujo siempre va a tener la forma de algo que se encuentra en tu universo personal.
Hay que recordar siempre que la vela, se enciende con una cerilla de madera y nunca, debe apagarse soplando. Utilizar un apagavelas o una cuchara es lo adecuado. Todo un arte de adivinación de principio a fin.
Interpretando las formas
Todos hemos visto las informes formas que deja la cera de una vela. Sea la vela que sea, siempre deja un resto. Desde la vela de cumpleaños hasta los cirios de la iglesia. Si no se ha utilizado con fines adivinatorios, esas formas no tienen mayor interés. Pero en el caso de que se trate de ceromancia, las cientos de formas que puede tomar la cera, son susceptibles de consulta.
Algunas de las formas más habituales son las que citamos a continuación, por si estas interesado en probar y conocer tu futuro, de mano de la cera de una vela.
Cuando la cera nos deja una forma de escalera ascendente, nos indica éxito y logros. Ascensos en todos los sentidos. En caso de que sea descendente, la mala fortuna, nos acecha. Si la forma que toma es de espiral, advierte de un problema sentimental o personal que costar superar pero, cuando se supere, supondrá un refuerzo emocional.
Puede darse el caso de que aparezca una corona, lo que indica nuevos encuentros afectivos, progreso laboral y reconocimiento. Si la corona cuenta con algo que semeja rayos, éxito profesional y progreso laboral inminente. Simboliza el avance estable y sin que se generen deudas.
Para los más románticos y románticas, la cera en forma de corazón dice que aparecerá un romance apasionado en el camino, probablemente pasajero. Puede salir la forma de una casa e indicar ingresos económicos en la familia. Cuando toma forma de cigüeña… como no puede ser de otra manera, señala el nacimiento, de algo nuevo, no tiene porqué ser un bebé. Aunque es señal de buen augurio y se vincula con la fecundidad y la fertilidad femenina. Si ante esta figura, la pregunta era relativa a algún proyecto laboral o económico, indica la conveniencia de seguir adelante.
No obstante este tipo de formas más o menos definidas, la cera de la vela, puede adquirir formas geométricas, tales como un cuadrado. En este caso, nos quiere decir que el camino será largo, pero los problemas se solucionarán con la ayuda de terceros. Si hace referencia al tema laboral, el trabajo tendrá éxito pero con problemas. Los rectángulos, representan también el éxito, pero a todos los niveles. Mejoras económicas y laborales, a la vez que sentimentales. Se trata de un momento ideal para conseguir acuerdos a nivel familiar.
Pasando a figuras romboides, la cera indica que se trata de un buen momento, irradias magnetismo y simpatía, ideales para encarrilar el futuro. Las formas ovaladas o circulares son sinónimo de problemas a los que no se encuentra solución, por lo que conviene cambiar el método de abordaje. Por otro lado, puede tratarse de conflictos de carácter sentimental.
Cuando los restos de cera toman forma de triángulo, representan cambios a nivel espiritual. Es decir, cambiará tu forma de ver la vida, puede ser a causa de una enfermedad difícil de curar pero no incurable.
Aparte de estas formas que la cera puede dejar son una garra o garfio que simboliza un peligro, o relación con alguien malo. En tal caso puede ser que cometas o cometan contra ti, actos injustos. Si la forma es de dedos y manos, refiere que se va a recibir ayuda de un familiar o amigo. Los números hacen alusión al tiempo, aunque resulta complicado saber si se trata de días, meses o años.
Lo cierto es que la cera puede adoptar multitud de formas de diversa índole. Con lo que no es de extrañar que exista todo un arte, como la ceromancia, que pretenda dar respuesta e interpretar todas ellas. Tarea que no resulta siempre sencilla y para la que es necesario contar con una intuición extraordinaria. Por supuesto, la fe es indispensable. Creer resulta esencial para poder interpretar y actuar en consecuencia de lo que las velas y su cera, nos cuenta.