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Los beneficios del yoga

En los últimos años, el yoga ha pasado de ser visto como una disciplina exótica a convertirse en una de las prácticas de bienestar más populares del mundo. Estimaciones recientes indican que más de 300 millones de personas practican yoga de forma habitual en todo el planeta. Pero, ¿qué hay detrás de esta expansión? ¿Por qué tantas personas, desde ejecutivos hasta deportistas, madres jóvenes y adultos mayores, encuentran en el yoga un camino de equilibrio y salud?

Más allá de las posturas complejas que suelen verse en redes sociales, el yoga es una disciplina milenaria que ofrece beneficios físicos, psicológicos y sociales. Su alcance va mucho más allá de la flexibilidad corporal: implica una transformación profunda que comienza en el cuerpo, pero que llega a influir en la mente, en las emociones y en la relación que tenemos con el entorno.

Este artículo explora en profundidad qué hace del yoga una práctica tan especial y por qué se ha convertido en una herramienta recomendada incluso por médicos y psicólogos.

1. Un poco de historia: del yoga ancestral al yoga moderno

El yoga se originó en la India hace miles de años. Sus primeras referencias escritas se encuentran en textos sagrados como los Vedas y los Upanishads, que datan aproximadamente del 1500 a.C. Sin embargo, fue el sabio Patanjali quien, entre los siglos II y V a.C., recopiló y sistematizó las enseñanzas en los famosos Yoga Sutras. En ellos se describe el yoga no solo como una serie de ejercicios físicos, sino como un camino de ocho pasos hacia la liberación espiritual, conocido como Ashtanga Yoga.

Estos ocho pasos incluyen:

  1. Yamas (normas éticas)
  2. Niyamas (disciplina personal)
  3. Asanas (posturas físicas)
  4. Pranayama (control de la respiración)
  5. Pratyahara (control de los sentidos)
  6. Dharana (concentración)
  7. Dhyana (meditación)
  8. Samadhi (estado de plenitud o iluminación)

Durante siglos, el yoga se mantuvo como una práctica reservada a eremitas y ascetas. Fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando maestros como Swami Vivekananda comenzaron a divulgarlo en Occidente, abriendo las puertas a que se convirtiera en una disciplina practicada por todo tipo de personas.

En la actualidad, el yoga moderno combina tradición y adaptación a la vida contemporánea, con estilos que van desde los más físicos (Vinyasa, Ashtanga, Power Yoga) hasta los más meditativos (Yin Yoga, Kundalini, Yoga Nidra).

2. Beneficios físicos: fuerza, flexibilidad y salud general

Si bien la práctica del yoga es conocida principalmente por mejorar la flexibilidad, sus beneficios físicos van mucho más allá.

2.1. Mejora de la flexibilidad

Uno de los primeros cambios que experimentan los practicantes es una mayor flexibilidad muscular y articular. Con el tiempo, posturas como Uttanasana (flexión de pie) o Paschimottanasana (flexión sentado) se vuelven más accesibles, reduciendo la rigidez corporal.

La flexibilidad no solo facilita movimientos cotidianos: también previene lesiones musculares, tendinosas y articulares.

2.2. Incremento de la fuerza muscular

Contrario a la idea de que el yoga es “suave”, muchas asanas exigen sostener el peso del cuerpo, como en Chaturanga Dandasana (plancha baja) o Bakāsana (postura del cuervo). Esto fortalece músculos de brazos, piernas, abdomen y espalda, contribuyendo a una postura más estable.

2.3. Mejora de la postura

Gran parte del dolor lumbar y cervical moderno proviene de la mala postura ante pantallas. El yoga trabaja la conciencia corporal y el alineamiento, ayudando a corregir desequilibrios musculares.

2.4. Salud cardiovascular y respiratoria

Estudios han demostrado que el yoga puede disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca en reposo. El trabajo respiratorio o Pranayama mejora la capacidad pulmonar y la oxigenación sanguínea.

2.5. Mejora de la digestión y metabolismo

Ciertas posturas y ejercicios de respiración estimulan órganos digestivos, favoreciendo procesos como la digestión y el tránsito intestinal. Además, la práctica regular puede contribuir a la regulación del metabolismo.

2.6. Fortalecimiento del sistema inmunitario

La reducción del estrés (que exploraremos más adelante) combinada con el movimiento físico estimula el sistema inmunitario, ayudando al cuerpo a defenderse mejor de enfermedades.

3. Beneficios psicológicos y emocionales: la calma en tiempos de ansiedad

Uno de los motivos más citados para comenzar yoga hoy en día es la gestión del estrés. Vivimos en una sociedad acelerada, donde la presión laboral, las exigencias familiares y el bombardeo informativo generan estados de ansiedad crónica.

El yoga ofrece herramientas concretas para frenar este ritmo interno:

3.1. Reducción de cortisol y ansiedad

El yoga activa el sistema nervioso parasimpático (encargado del descanso y la recuperación), reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

3.2. Mejora del estado de ánimo

Estudios científicos asocian la práctica regular de yoga con una mayor producción de neurotransmisores como la serotonina, vinculados al bienestar.

3.3. Mayor capacidad de concentración

El yoga incluye ejercicios de atención plena (mindfulness) que entrenan la mente para permanecer en el presente, mejorando la concentración y la memoria.

3.4. Mejor gestión emocional

Al practicar yoga, aprendemos a observar pensamientos y emociones sin reaccionar de inmediato, desarrollando autocontrol y resiliencia ante dificultades.

3.5. Sueño más reparador

Personas con insomnio encuentran en el yoga una ayuda eficaz: la combinación de movimiento suave, respiración y relajación profunda (por ejemplo, en Savasana) facilita la conciliación del sueño.

4. Yoga como práctica social: de las clases presenciales a las comunidades digitales

Aunque el yoga tiene una dimensión individual, también es una práctica comunitaria. Las clases presenciales ofrecen un espacio donde personas de distintas edades y condiciones físicas comparten una experiencia común.

Este aspecto social fomenta valores como el respeto, la empatía y la cooperación, creando redes de apoyo que contribuyen al bienestar psicológico.

En los últimos años, las redes sociales y plataformas digitales han democratizado aún más el acceso al yoga. Canales de YouTube, aplicaciones móviles y clases por streaming permiten practicar desde casa y conectarse con comunidades internacionales.

5. Lo que dice la ciencia: evidencia empírica

Numerosos estudios avalan los beneficios del yoga:

  • La revista Journal of Clinical Psychology publicó un metaanálisis en 2018 que concluyó que el yoga reduce significativamente los síntomas de ansiedad y depresión.
  • Un estudio en European Journal of Preventive Cardiology halló mejoras en la presión arterial y el perfil lipídico tras 12 semanas de práctica.
  • La American Osteopathic Association destaca su efecto positivo en flexibilidad, fuerza, salud circulatoria y equilibrio.

Aunque la mayoría de estudios señalan la necesidad de más investigaciones a largo plazo, la evidencia acumulada respalda el yoga como complemento a terapias convencionales.

6. Yoga como herramienta de autoconocimiento

Más allá del cuerpo y la mente, el yoga invita a mirar hacia adentro. La práctica constante genera preguntas esenciales: ¿qué me causa sufrimiento?, ¿cómo reacciono ante la frustración?, ¿qué necesito realmente para estar en paz?

Este proceso de introspección transforma la relación que mantenemos con nosotros mismos y, por extensión, con los demás.

7. ¿Por qué crece tanto el yoga?

El crecimiento del yoga en las últimas décadas es un fenómeno global que va mucho más allá de una simple moda pasajera. Para entenderlo, es interesante observarlo desde varias perspectivas: social, cultural, tecnológica y económica.

7.1.Globalización y apertura cultural

En la segunda mitad del siglo XX, el auge de los viajes internacionales, el intercambio cultural y el interés por filosofías orientales contribuyeron a que el yoga se conociera más allá de la India. Figuras influyentes como B.K.S. Iyengar, Sri K. Pattabhi Jois o Indra Devi llevaron el yoga a Europa y América, adaptando la enseñanza a públicos diversos.

En Occidente, el yoga encontró un terreno fértil gracias a movimientos como la contracultura de los años 60 y 70, que buscaba alternativas de vida más conscientes y conectadas con valores espirituales.

7.2.Aval científico y reconocimiento médico

A partir de los años 90, comenzaron a publicarse estudios que documentaban los beneficios del yoga para la salud: reducción del estrés, mejora de la flexibilidad y del equilibrio, efectos positivos en la salud cardiovascular, entre otros.

Estas investigaciones consolidaron la imagen del yoga no solo como disciplina espiritual, sino también como práctica de bienestar recomendada por profesionales sanitarios.

En la actualidad, muchas guías médicas incluyen el yoga como parte de tratamientos complementarios para la ansiedad, la depresión o dolores crónicos.

7.3.Era digital y redes sociales

Internet y las redes sociales han desempeñado un papel crucial en la expansión del yoga. Plataformas como YouTube, Instagram o TikTok permiten a millones de personas acceder a clases gratuitas, tutoriales y retos de yoga desde cualquier lugar.

Esta democratización ha roto barreras económicas y geográficas: hoy es posible seguir clases en directo desde un salón, una terraza o incluso durante un viaje.

Además, el contenido visual —especialmente las posturas de yoga— encaja muy bien en formatos digitales, lo que ha favorecido su viralización.

7.4.Adaptabilidad: yoga para todos los públicos

Tras contactar con las expertas de Yoga te transforma a través de su página web, sabemos que otra clave del éxito es la versatilidad del yoga: se adapta a distintas necesidades y etapas vitales. Existen clases específicas para embarazadas (yoga prenatal), para niños, para personas mayores e incluso para deportistas de alto rendimiento que buscan mejorar flexibilidad y concentración.

Estilos más suaves como el Yin Yoga o el Hatha Yoga resultan accesibles incluso para personas con movilidad reducida. Otros más dinámicos como el Vinyasa o el Ashtanga atraen a quienes buscan un componente físico intenso.

Esta diversidad hace que casi cualquier persona pueda encontrar una modalidad de yoga que se ajuste a sus expectativas.

7.5.Búsqueda de equilibrio en un mundo acelerado

Vivimos en una época caracterizada por el exceso de información, las largas jornadas laborales y el estrés crónico. El yoga surge como antídoto natural: una práctica que invita a detenerse, respirar y reconectar con el momento presente.

Más allá del ejercicio, el yoga representa un espacio para la introspección, la calma mental y el autocuidado.

7.6.Incorporación al mundo corporativo

Cada vez más empresas incluyen clases de yoga y mindfulness en sus programas de bienestar corporativo. Esto no solo mejora la salud de los trabajadores, sino que también contribuye a aumentar la productividad y reducir el absentismo laboral.

Según un informe de Global Wellness Institute, el mercado global de “corporate wellness” superó los 48.000 millones de dólares en 2023, y gran parte de ese crecimiento se debe a actividades como yoga y meditación.

7.7.Tendencias post-pandemia

La pandemia de COVID-19 cambió hábitos a nivel mundial: millones de personas comenzaron a priorizar la salud mental y a buscar actividades que pudieran practicarse en casa. El yoga, por su bajo coste y flexibilidad horaria, se convirtió en una opción ideal.

El auge de plataformas de clases online, tanto en directo como grabadas, permitió que personas de cualquier lugar mantuvieran su práctica o comenzaran desde cero.

7.8.Imagen positiva y valores asociados

El yoga se asocia a valores como salud, serenidad, autocuidado y equilibrio. Esta imagen lo hace especialmente atractivo para un público amplio, preocupado por mantener o mejorar su bienestar integral.

Además, la ropa y los accesorios de yoga han generado toda una industria vinculada al “lifestyle wellness”, reforzando la popularidad de la práctica.

Más allá de la esterilla: el yoga en la vida diaria

Una de las ideas clave del yoga es que no termina al salir de clase. Sus principios pueden aplicarse en el trabajo, las relaciones personales y los momentos difíciles.

Practicar yoga es, en el fondo, aprender a vivir con más presencia, aceptación y compasión.

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