Me voy a vivir al pueblo. Lo tengo decidido. Ahora bien, no es una cosa fácil en pleno siglo XXI. Y es que en este 2024 lo de irse al mundo rural está hecho para personas valientes. Para ese tipo de personas que no tiene miedo a quedarse sin médico, sin escuela, es decir, sin servicios básicos y esenciales. Y más si vives en Castilla y León, como es mi caso.
Hay que reconocer que lo de irse al pueblo suena muy bien. Se te abre la boca grande para decir que allí vas a tener tranquilidad, convivencia con la naturaleza, aire fresco y precios más baratos, huyendo de las muchedumbres. Pero amigo, el invierno es muy largo, como se suele decir, y más en la vieja Castilla que de una manera tan perfecta plasmaba el gran escritor Miguel Delibes en sus textos.
Es tan largo que se hace eterno, y las horas pasan muy lentas. Y te das cuenta de que los días son fríos y que no tienes servicios sociales. Que para esperar al médico tienes que estar esperando varios días, pero también para poder comprar. Y es que en Castilla los pueblos, la mayoría, tienen menos de 100 habitantes. ¿Qué puedes hacer en esta situación?
Pues pese a todo esto, apostamos por vivir en el pueblo. En mi caso me voy a ir a un pueblo donde nacieron mis pueblos, se llama Matapozuelos, y es considerada una villa gastronómica. Tiene 1.000 habitantes y es mi paraíso particular. He heredado la casa donde residía mi abuela, pero claro, necesitaba una reforma tanto por dentro como por fuera. Y es aquí donde comienzo este relato, para daros una serie de consejos de cómo se puede decorar una casa de pueblo en pleno siglo XXI.
Lo que está claro es que no podemos pecar ni de clásicos ni de modernos. Hay que darle un toque equilibrado en todos los aspectos.
Como os digo, lo primero que hice fue una reforma integral de algunos servicios básicos. En mi caso, bueno mejor dicho en el de los profesionales de esta empresa de reformas en Pamplona, tuvieron que hacer una instalación de fontanería y electricidad, así como el diseño y acabados de toda la vivienda. Lo que hicimos fue instalar un parquet flotante, puertas y rodapiés lacados en blanco, un gran armario para el dormitorio principal y se equipó la vivienda hasta el último detalle, tanto la cocina como los baños.
Vamos a decorar
Un gran trabajo que comenzó a dar forma a mi casa. Pero necesitaba más, así que ahora os relato todo lo que entró por la puerta de mi casa de pueblo. Así, para decorar una casa de pueblo en pleno siglo XXI, puedes seguir algunas tendencias y consejos.
Como es lógico, tenemos que combinar lo antiguo con lo moderno. No podemos rechazar ni una cosa ni otra. Para ello, como fue mi caso, lo que hice fue poner elementos rústicos y tradicionales propios de las casas de pueblo con mobiliario moderno y contemporáneo.
Algo muy importante, y más si has hecho una reforma integral, es usar materiales naturales. Me refiero a cosas como la madera, la piedra y el hierro. En este caso son materiales típicos de las casas de pueblo y pueden darle un toque rústico y acogedor a la decoración. Por supuesto, no te olvides de pones toques de color en cojines, alfombras y cuadros para darle vida y color a los espacios.
Por otro lado, las plantas son un elemento decorativo perfecto para darle frescura y vida a cualquier espacio. En mi caso también puse cestas de mimbre y flores secas, que la verdad es que son preciosas.
Los detalles personales
Y no te olvides de los detalles personales. Por ejemplo, pon fotos familiares, recuerdos de viajes, libros y objetos personales. Esto te va a dar un toque personal y elegante, que serás la envidia de todos tus amigos y amigas.
Otros objetos que pueden ser característicos en una casa de pueblo en el siglo XXI son las lámparas de estilo industrial, los marcos de fotos de madera, los jarrones de cerámica y los espejos con marcos antiguos.
Y para terminar, también puedes añadir muebles vintage restaurados, textiles de algodón natural y piezas de arte contemporáneo para crear un contraste interesante y original. AL final, lo que tienes que hacer es crear un ambiente en el que te sientas cómodo y, sobre todo, refleje tu personalidad. Vivir en el pueblo no tiene que estar relacionado con decorar de forma antigua.