Si hay algo bonito en nuestro físico, eso es la diversidad: todos tenemos un pelo diferente, un cuerpo distinto y cualquiera de estas peculiaridades sin duda nos hace únicos e inimitables.
Sin embargo, a veces estas características no sólo nos hacen únicos, sino que también nos afectan negativamente en diversos ámbitos, como ocurre con la piel. Existen muchos tipos de piel, la piel normal, la piel mixta, la piel grasa y una de las que más atención requiere, sin duda, la piel sensible.
La piel sensible nos limita y condiciona a la hora de maquillarnos, de usar crema y por supuesto a la hora de exponerla al sol, lo cual nos obliga a usar cremas especiales y diferentes a diario para no perjudicarla. Pero ¿Cómo podemos dejar de sentirnos preocupados por nuestra piel? ¿Cómo logramos relajarnos respecto a su cuidado?
Aquí te mostraremos los mejores consejos para lograr una piel bonita y cuidada ¡aunque ésta sea sensible!
¿Qué significa tener la piel sensible?
Tener la piel sensible tiene un significado más sencillo de lo que creemos: sencillamente nos indica que nuestra piel puede verse irritada si no usamos una crema específica, un gel de baño especial o en general, si no la protegemos de diversas amenazas.
Existen varios grados de piel sensible, y por supuesto, hay pieles sensibles que requieren tratamientos muy específicos para no acabar desarrollando quemaduras y dolencias varias. Sin embargo, por lo general la piel sensible presenta las siguientes características:
- Se pone roja y bastante caliente al tacto cuando experimenta una reacción a algún producto; como si tuviera una alergia o intolerancia.
- Pica o escuece al usar algunos productos o cosméticos.
- Es propensa a sufrir urticaria por su condición.
- Se quema al sol con mucha facilidad, y también al uso de las pantallas a causa de la exposición a luz azul.
¡Es importante entender que si tienes la piel sensible no puedes usar cualquier crema ni protector solar! Es necesario usar los específicos para piel sensible, además de cuidar la piel de diversas amenazas como las siguientes:
- Estrés.
Así es; el estrés hace mella en nosotros, tanto emocionalmente como físicamente, y la piel sensible lo sabe. En ocasiones de mucho estrés, la piel sensible puede acabar desarrollando urticaria, o pequeñas manchas rojas que indican que algo no va bien con nosotros.
- Contaminación.
La contaminación también puede afectar negativamente a nuestra piel sensible. De hecho, existen cremas específicas “anti polución” que nos protegen cuando salimos a la calle de la contaminación.
- Sol.
Como hemos mencionado, el sol puede ser un factor muy peligroso para las personas con pieles sensibles. Es muy importante protegernos del sol, en cualquier caso, pero debemos entender que con la piel sensible se sufren aún más las quemaduras solares ¡incluso hay personas que desarrollan alergias a la luz del sol!
- Uso de cremas incorrectas.
Cada crema hidratante está enfocada a un tipo de crema, y si no pone nada, es porque esta está enfocada a una piel normal (la que no presenta complicaciones). Si aplicamos una crema normal en una piel sensible, podemos sufrir reacciones de rechazo como quemaduras y escozor.
Decisiones que mejoran nuestra piel sensible.
A pesar de que tener la piel sensible es un fastidio para cualquiera, no debemos deprimirnos.
Hoy día existen un sinfín de cremas preparadas para personas que sufren de piel sensible, por lo que podemos optar por usarlas en el caso de que sospechemos que la tenemos, o de que nuestro dermatólogo lo confirme.
Asimismo, además de las cremas existen otro tipo de tratamientos como los que nos recomienda el centro de estética Versátil, las cuales pueden sernos de utilidad para cuidar y mejorar nuestra piel sensible:
- Cambia no sólo las cremas, sino cualquier producto de la piel.
Siempre que vayas a usar algún producto que toque tu piel, opta porque éstos sean adecuados para pieles sensibles, ya sea crema, gel, colonia, champú ¡lo que sea! Como lo son los limpiadores faciales y corporales sin fragancias ni ingredientes irritantes como alcoholes o sulfatos.
El perfume en los geles es un factor determinante que te ayudará a dejar de tener rojeces y picazón; asimismo, también puede ser necesario que debas usar un gel de higiene íntima para pieles sensibles con un pH alto.
- Mantén una hidratación suave y adecuada.
Usa cremas hidratantes hipoalergénicas con ingredientes como aloe vera, glicerina o ácido hialurónico, ya que te ayudarán a calmar e hidratar la piel sensible.
- Si exfolias tu piel, que sea de forma suave y moderada.
Limita la exfoliación a una vez por semana utilizando productos suaves con partículas finas o ácidos suaves como el ácido láctico o glicólico, para eliminar células muertas sin irritar.
- Usa protección solar a diario.
Usa protector solar con SPF alto y amplio espectro diseñado para piel sensible para prevenir daños por los rayos UV.
- Evita colonias y productos irritantes.
Mantén alejados los productos con fragancias añadidas y otros irritantes potenciales, como detergentes y suavizantes que puedan dejar residuos en la ropa.
- Aplica mascarillas faciales calmantes.
Usa mascarillas con ingredientes como caléndula, aloe vera o manzanilla para reducir la inflamación y calmar la piel sensible.
- Observa y ajusta tu rutina.
Cada piel sensible es única, así que observa cómo reacciona tu piel a diferentes productos y ajusta tu rutina de cuidado según sea necesario para evitar irritaciones.
- Mantén siempre cerca estos productos naturales.
Hay algunos productos naturales que podrán ayudarte siempre a calmar tu piel sensible:
- El aloe vera, que es conocido por sus propiedades calmantes y cicatrizantes.
- El aceite de jojoba, por otra parte, es ligero y similar al sebo humano, lo que lo hace adecuado para equilibrar la producción de aceite de la piel sin obstruir los poros; de hecho, es especialmente útil para pieles sensibles y propensas a brotes.
- Por último, el agua de rosas es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y refrescantes, por lo que es excelente para tonificar y calmar la piel sensible.
