Onicofagia es el nombre que se le ha dado al hábito compulsivo de comerse las uñas, el cual, podemos ver tanto en niños como en adultos, y que, más allá de ser visualmente desagradable, puede producir en un futuro problemas en los dientes, deformaciones de la cutícula, infecciones, verrugas y todo tipo de alteraciones relacionadas con la dermis e incluso, en casos muy extremos, llevar a la pérdida de la uña.
Este hábito automático, adictivo e inconsciente tiene un origen psicológico, tal y como informa Lidia Asensi, experta en psicología: «La Asociación Americana de Psiquiatría calificó la onicofagia dentro de los trastornos de tipo obsesivo compulsivo. Este tipo de trastornos están relacionado con una elevada ansiedad, la cual a la persona le resulta difícil de gestionar. Es esta ansiedad la que lleva a la persona a poner en marcha conductas compulsivas para contrarrestrarla».
Sin embargo, según los psicólogos, este trastorno se trata de una conducta frecuente en niños y adolescentes y que tiende a desaparecer en la adultez: «A media que vamos creciendo, el hábito de comerse las uñas puede verse modificado por otro tipo de conductas como morder un bolígrafo, fumar, mover el pelo etc. La mayoría de las personas que realizan esta conducta informan que no lo pueden controlar y que, incluso a veces, no son conscientes de estar realizándolo».
El problema es que este hábito suele ser más común de lo que se cree, tanto así que se estima que alrededor del 30% de los niños de entre 5 y 10 años suele comerse las uñas. Dicho porcentaje aumenta cuando nos trasladamos a la población adolescente, llegando a estimarse la cifra en un 50%. Hasta que a partir de los 18 años esta cifra va disminuyendo. Sin embargo, si sucede que en la adultez, alrededor del 15% mantiene esta conducta, siendo en algunos casos puntual y relacionada con sucesos vitales complicados.
Por lo tanto, en vista de las cifras anteriores, es bueno que todos conozcamos las causas psicológicas detrás del hábito, los efectos que tiene sobre nuestra salud y los tratamientos para resolver este trastorno; de forma que podamos hacerle frente y erradicarle.
Causas de morderse las uñas
Los expertos nos explican los diferentes motivos que generan la conducta de comerse las uñas:
- Estrés.
«Muchas personas se muerden las uñas ante una situación concreta como puede ser un examen, una reunión o por acumulación de estrés diario».
- Para calmar situaciones que generan ansiedad.
«Las situaciones que provocan nervio o angustia, favorecen la necesidad de morder las uñas».
- Timidez o baja autoestima.
«La frustración, rabia, perfeccionismo o personas con un alto nivel de exigencia son rasgos que pueden ayudar a la aparición de la onicofagia».
- Miedo.
«Aunque no se haya asociado, el miedo es un factor generador de la puesta en marcha de esta conducta.
Ante estas emociones, el morderse las uñas tiene un efecto calmante para las personas que emplean esta conducta. En algún momento anterior, estas personas aprendieron que morderse las uñas les ayudaba a ‘gestionar’ la situación estresante en la que se encontraban, obteniendo una sensación de calma posteriormente»
Los efectos de la onicofagia en nuestra salud
Según explica la experta de Psicología Madrid Lidia Asensi, morderse las uñas tiene consecuencias negativas a diferentes niveles:
«A nivel físico porque aparece sangrado, infecciones y desconfiguración de los dedos y/o dientes, y a nivel emocional puede generar frustración debido a que es una conducta difícil de controlar», Además, también añade otro nivel: «también está el nivel social, ya que puede resultar poco atractivo presentar las manos con las uñas mordidas, afectando así a la imagen de la persona».
Dolencias
Cuando adquieres el mal hábito de morderte las uñas, también comienzas a experimentar dolor al hacer actividades cotidianas tan sencillas como querer tomar algún objeto, abrir un envoltorio, usar herramientas, escribir en el ordenador o en el móvil, ya que el simple contacto de los dedos con cualquier material nos paraliza.
Enfermedades bacterianas
Las uñas son un sitio “ideal” para que proliferen bacterias debido a que los dedos están constantemente manipulando objetos que pueden estar contaminados o sucios. Por eso al mordernos las uñas le abrimos la puerta a especies como E la Salmonella y la E. Coli.
Cuando nos llevamos los dedos a la boca automáticamente estos microorganismos pasan a las mucosas y, desde allí, van directos al interior de nuestro cuerpo, donde causan estragos.
Problemas dentales
Los especialistas en salud bucal de la clínica dental Espai Dental Olve nos explican que el hábito de morder nuestras uñas puede causar varias transgresiones en nuestra dentadura.
Por ejemplo, ya que los dientes frontales son los que mayormente se encargan de morder las uñas, se aumenta el desgaste en sus bordes, así como la sensibilidad oral, pues se pierde el esmalte que los recubre.
Como si fuera poco, este hábito también puede provocar maloclusión dental, problemas para masticar o incluso dormir y los siguientes trastornos:
- Aumento del riesgo de caries.
- Deformación de las encías y del paladar.
- Debilidad general de las piezas dentales. De hecho, si el hábito permanece durante la vida adulta, se pueden aflojar los dientes.
- Amontonamiento de los dientes por el efecto de la mordida constante.
- Infecciones bucales severas, como gingivitis.
- Aparición de aftas y herpes.
- Afecciones en la mandíbula: dolor y dificultades para masticar. Esto porque cuando la persona muerde las uñas, la mandíbula se fuerza a una posición forzada que la perjudica.
- Mal aliento, causado por la multiplicación de bacterias.
- Si la persona tiene restauraciones y empastes de composite, podrán localizarse deterioros en los mismos.
Consecuencias emocionales
Sucede que uno de los típicos hábitos de los que se comen las uñas es ocultar sus manos, ya que a nadie le gusta que le vean las uñas mordidas o partidas. Esto a su vez genera sentimientos de vergüenza, baja autoestima, frustración y tristeza, sobre todo en el género femenino, que además se preocupa por no estar siguiendo los cánones de belleza estipulados.
Dolores articulares
Aunque pueda parecer que no tiene relación, según un estudio realizado por la Universidad de Los Andes de Chile, esta manía causa dolores en las cervicales y la mandíbula debido al esfuerzo que deben hacer los músculos para quitar los fragmentos de uña.
Enfermedades infecciosas
Cuando te muerdes las uñas eres más vulnerable a sufrir una enfermedad llamada paroniquia, según afirma una investigación de la Universidad Camilo José Cela de Madrid .
Esta se trata de una infección en los dedos que provoca hinchazón, enrojecimiento y producción de pus. Se desarrolla cuando ingresan bacterias en las fisuras o desgarros de la piel y entrar en contacto con la saliva.
Además, es un hecho que los hongos también pueden ser frecuentes cuando la carne de los dedos está “al aire libre” y sin la protección de la uña.
Tratamientos
Ya sabes que debes dejar de morderte las uñas de una vez por todas, sin embargo, te escudas diciendo que no es una tarea fácil… y con toda la razón, no lo es.
Probablemente, quien se muerde con frecuencia las uñas ya ha probado diferentes métodos para dejar de hacerlo: esmaltes con sabor amargo, mantener las uñas cortas, masticar chicle en lugar de meterse la mano en la boca, y pare usted de contar. Sin embargo, los expertos coinciden en que esto no es suficiente para que la conducta cese; sino que también hay que trabajar en la causa que genera la puesta en marcha de esta conducta:
«Es importante reconocer en qué momentos concretos aparece la conducta. Una vez identificados esos momentos, entender qué emociones aparecen en esas situaciones y aprender en terapia. ‘Por qué nos sentimos de ese modo?’. Hay que aprender a gestionar las emociones, trabajar sobre el programa de ansiedad y aprender a afrontar de manera adaptativa las diferentes situaciones que generen la ansiedad o las emociones desagradable».
Así, se recomienda hacer lo siguiente:
- Reducir la activación emocional a través de técnicas de relajación.
- Crear hábitos más saludables para la persona, al ir eliminando la conducta automática de morderse las uñas.
- Aprender a entender y gestionar las emociones.
Además de combinarlo con productos o remedios indicados para tal fin, que, en conjunto, nos ayude a erradicar el mal hábito:
- Esmaltes amargos transparentes: en el mercado podemos encontrar unos esmaltes que son totalmente inocuos y cuyo sabor es tan fuerte que evita que te muerdas las uñas al mismo tiempo que las protege. Se usa como un esmalte normal y solo necesitas ponértelo una vez al día o cuando creas conveniente.
- Chicles o raíces: a veces, la mejor manera de evitar comerse las uñas es teniendo la boca ocupada. Sin embargo, como no podemos estar siempre comiendo, la solución perfecta es masticar un chicle o caramelo sin azúcar, o incluso puedes usar algunas raíces como la de jengibre o el palidú, la raíz de una planta conocida como regaliz.
- Combatir la ansiedad: ya que en la mayoría de las ocasiones, morderse las uñas está provocado principalmente por el estrés, debemos buscar relajarnos. Podemos, por ejemplo, tomar alguna infusión de hierbas relajante para reducir los nervios como la valeriana, la tila o la pasiflora.