Todavía existen algunos tipos de prendas que requieren mimo y atención en el lavado. Ropa delicada, fabricada con tejidos que no pueden ser sometidos a ciertas circunstancias, como el algodón que encoje fácilmente ante el agua caliente u otro tipo de prendas, no pueden lavarse en una lavadora de forma normal. Requieren de programas específicos de lavado o lavado a mano. Pero lo de lavar a mano quedo en desuso desde que llegaron las lavadoras más modernas, los tejidos todoterreno y la pereza humana para realizar ciertas tareas cuando las mismas, podían encomendarse a máquinas que hacen el trabajo solas. Desde Megahogar, expertos en electrodomésticos, nos han asesorado sobre la elección de la mejor lavadora según preferencias, necesidades y, como no, presupuesto.
Junto con la fregona, la lavadora ha sido el invento que más ha ayudado en la vida doméstica. Gracias a la primera, se acabó fregar a mano de rodillas en el suelo. Gracias a la segunda, se acabaron los restregones sobre la pila del lavadero y el centrifugado manual, llevado a cabo con maestría, a base de retorcer y retorcer la prenda en cuestión.
Como la lavadora es uno de esos electrodomésticos que no pueden faltar en nuestras vidas, nos hemos tomado muy en serio la tarea de ahondar en el mundo de las mismas para averiguar cuales son las diferencias entre unos y otros modelos, así como las múltiples prestaciones que ofrecen cada una de ellas. De esta manera, a quienes estén pensando en adquirir una, sea por cambio o por que es la primera vez que la van a necesitar, podrán tomar la elección más conveniente.
En la variedad, está el gusto
Por esa misma razón, existen varios tipos de lavadoras en el mercado. En primer lugar, a razón de la posición de la puerta de carga, en segundo, en base a la capacidad de carga. Por otro lado, puedes encontrar lavadoras con función de secadora y entre estos tipos, cada una puede ofrecerte una serie de prestaciones. Es fácil perderse en una tienda de electrodomésticos cuando te enfrentas a las lavadoras.
En función de la posición donde se encuentre la puerta de carga, la posición del tambor y las funciones, podemos elegir entre tres tipos. Para determinar cual es la que más se adapta a nuestras necesidades, hay que tener en cuenta el hueco donde se va a instalar y las posibles dificultades para inclinarse o agacharse.
Hablemos en primer lugar de las lavadoras de carga frontal. Las más vendidas y habituales. En estas lavadoras, la ropa se introduce por la puerta que se sitúa en la parte delantera. Para cargarla y descargarla hay que agacharse, algo que puede resultar incomodo o difícil para algunas personas. Son las mas eficientes y cuentan con una gran versatilidad funcional, programas de lavado y capacidad de carga. Dentro de las lavadoras de carga frontal, podemos distinguir:
- Lavadoras de carga frontal independientes, con unas medidas aproximadas de sesenta por sesenta y ochenta de alto. Pensadas para instalar de forma aislada en cualquier estancia que disponga de grifo y desagüe.
- Lavadoras de carga frontal integrables que suelen tener un tamaño más reducido para encajar en el mobiliario de la cocina. Algunas cuentan con una puerta a juego con los muebles que disimula su presencia.
- Lavadoras de carga frontal de fondo reducido, con una profundidad de entre cuarenta y cinco y cincuenta y dos centímetros que se adaptan a huecos especiales.
En segundo lugar, encontramos lavadoras de carga superior, en las cuales, la ropa, se introduce en la apertura que se dispone en la parte superior. En este tipo de lavadoras, el tambor se ubica de lado y no de frente. Gracias a este detalle, su ancho es inferior, no pasando de los cuarenta y cinco centímetros, frente a los sesenta de las lavadoras de carga frontal. Por el contrario, suelen ser algo más altas. Son la opción perfecta cuando las dimensiones no permiten la instalación de una lavadora de carga frontal. En el caso de personas que tienen dificultades para agacharse, también suelen ser la mejor opción. Aunque los expertos, aconsejan probar en la propia tienda si se llega cómodamente hasta el fondo del tambor.
En última instancia, encontramos lavadoras secadoras que combinan en un mismo electrodoméstico las funciones de lavado y secado. Esta opción es la más adecuada en el caso de contar con poco espacio en la vivienda y no se puede secar la ropa en el exterior. Las dimensiones son similares a las que poseen las lavadoras de carga frontal, aunque algunas cuentan con menor capacidad de carga cuando se usan como secadora.
Aspectos a valorar a la hora de elegir lavadora
Salvados los aspectos referentes al espacio que ocupa la lavadora y lugar de instalación, la variedad se despliega y las posibilidades abundan en el universo de las lavadoras. Antes de elegir una por su aspecto, hay que detenerse a conocer algunas de sus características.
Uno de los criterios primordiales, es la capacidad de carga con la que cuenta la lavadora y que debe ir en función de las personas que viven en la casa y las costumbres textiles de los mismos habitantes. Evidentemente, no es lo mismo un hogar donde vive una familia con niños o varios miembros mayores que, una vivienda en la que viven una o dos personas.
De modo orientativo la capacidad mas adecuada puede ser la siguiente:
- Para una o dos personas con cuatro puestas a la semana, es suficiente una lavadora de cinco o seis kilogramos de carga.
- Cuando se trata de tres o cuatro personas y, el número de lavados señala es de cuatro o cinco, la recomendación es una lavadora de siete u ocho kilos.
- En el caso de que se trate de más de cuatro personas y a partir de seis lavados a la semana, la capacidad más aconsejada es de nueve kilos o más.
Otro aspecto a tener en cuenta, son las revoluciones por minuto que puede alcanzar el motor a la hora de centrifugar. Esto es, las vueltas que da el tambor para escurrir la ropa. A mayor número de revoluciones, más seca saldrá la ropa de la lavadora. Pero que conste que esto no indica que lave mejor.
En zonas húmedas, se recomienda que la lavadora ofrezca mas revoluciones por minuto. No obstante, lo aconsejable para lograr buenos resultados, es que cuente con seiscientas rpm, aunque lo más habitual hoy en día, es que la mayoría de las lavadoras, partan de las mil. La tendencia errónea de creer que, a mayor número de revoluciones por minuto, mejor lavadora y lavado, conduce a gastar más en el aparato. Sin embargo, los expertos, aseguran que lo único que hacen, es arrugar más la ropa.
Cada vez, las lavadoras parecen más inteligentes, gracias a la cantidad de programas de lavado con los que cuentan. Ahora bien, a pesar de que salen así de fábrica, la realidad nos dice que la mayoría de esos programas no son utilizados prácticamente nunca. De hecho y para que conste, para que los consumos de la lavadora, se ajusten a lo que indica la etiqueta de eficiencia energética, debe utilizarse el programa ECO y no otros.
Por esta razón, para sacar el mayor rendimiento a la lavadora y no pagar de mas por cosas que no necesitas ni vas a utilizar, hay que fijarse en que la lavadora cuente con los programas de lavado que vas a necesitar en realidad. Es interesante que cuente con lavado en frio o la posibilidad de elegir la temperatura de forma independiente y con algún programa de lavado corto.
Los más avanzados tecnológicamente hablando, pueden encontrar entre las lavadoras, algunas con tecnología Smart y conectividad que van a permitir a la lavadora inteligente, ajustar los programas de lavado, la cantidad de detergente y la temperatura a utilizar. En algunos casos, disponen hasta de una propia app para poder controlarlas desde el móvil.
En último lugar, cuando ya tenemos claras todas nuestras necesidades y el tipo de lavadora que vamos a elegir, hay que tener en cuenta, la eficiencia energética de la misma. Tratándose de un electrodoméstico que se usa con frecuencia, la eficiencia es un plus añadido que hay que tener en cuenta. Este aspecto, no solo interesa desde el punto de vista ecológico y sostenible, también es un factor importante económicamente hablando: a mayor eficiencia energética, mayor ahorro en energía y agua.
La clasificación energética ayuda a elegir con mayor facilidad. Las nuevas etiquetas han redefinido los limites de consumo para entrar dentro de una clase energética u otra. Para dejar un espacio de mejora, en esta nueva clasificación no se encuentra encuadrado ningún aparato en la clase A. Siendo el color verde oscuro el que indica una alta eficiencia energética y el rojo una baja. En lo que respecta a las lavadoras, el gasto energético de las mismas se establece en base a cien ciclos de lavado.
En resumidas cuentas, elegir lavadora es más sencillo de lo que puede parecer. En función del modelo y las prestaciones, solo hay que decantarse la que menos distraiga nuestra atención con funciones que realmente, no vamos a utilizar por bien que queden en el manual de instrucciones.